sábado, 8 de enero de 2011



El autocontrol debe ejercerse sobre la reacción defensiva impulsiva, para su mejor aprovechamiento en una percepción de las circunstancias concurrentes realistas y una posterior adaptación planificada. El autocontrol profundo necesario para la respuesta de emergencia debe regular tanto las decisiones restrictivas como las impulsivas, evitando tanto el descontrol como el sobre control, que pueden aceptar excesivas inhibiciones que al alcanzar su punto crítico se anulen totalmente. Recordemos que las personas muy controladas (interna) llegan en ocasiones a realizar actos de brutal agresión sorpresivamente para ellos y quienes les conocen. La lucha entre animales de la misma especie, generalmente durante el período de reproducción, rara vez resulta mortal debido a un “control instintivo” que asegura, sabiamente, que le período reproductor consiga su objetivo natural: la supervivencia de la especie en vez de convertirse en una merma sistemática de los machos, que provocaría a cierto plazo la extinción de su especie. Este mecanismo regulador de la agresión Interespecífica se basa en la no agresión ante la sumisión o huída del oponente, pero en el ser humano se supone que su rápida evolución cultural ha invalidado la eficacia de los gestos humanos de apaciguamiento y sumisión.

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